Vie. Abr 19th, 2024

En lo musical, 1997 fue para enmarcar. Radiohead afianzaron su estatus de banda de culto con OK Computer, Björk presentó el decisivo Homogenic y, desde Francia, unos desconocidos Daft Punk revolucionaron las pistas de baile con Homework. Portishead dejaron claro con su segundo disco que lo de Dummy no fue fruto de la casualidad, mientras Elton John hacía que Candle in the Wind pasase de pequeño clásico de su repertorio a balada legendaria al dedicársela a Diana de Gales tras su muerte. Por supuesto, tampoco habría que olvidar que durante aquellos meses el mundo conoció a Spice Girls, cinco mujeres que dejarían un discurso de feminismo y de clase en la industria que todavía se analiza hoy.

En mayor o menor medida, todos los nombres anteriormente citados continuaron con sus respectivas carreras. Pero 1997 también estuvo marcado por un fenómeno propio: el de los one hit wonders. O sea, aquellos artistas a los que el público solo recuerda por un éxito masivo –al menos, en España– y nunca colocaron ninguna de sus otras canciones en una posición remarcable de las listas de ventas (aunque, para su base de fans, sí tengan otros temas notables y algunos aún mejores que los que hicieron universales). ¿Cómo acabaron? ¿Siguen en activo o desertaron ante la imposibilidad de emular tal hazaña? Estas son sus historias.

La banda Hanson, o sea, los rompecorazones Isaac, Taylor y Zac Hanson, en el año 2000.Tim Roney (Getty Images)

MMMBop, el chicle que los Hanson convirtieron en himno

Historia de su éxito. Por más que esta canción inspirada en The Beach Boys y las armonías vocales del doo wop pudo oírse inicialmente en una demo de 1996, no fue hasta el siguiente año que las largas cabelleras de estos tres hermanos se adueñaron de las carpetas de multitud de adolescentes. En perspectiva, lo suyo fue un hito sin parangón: MMMBop llegó al número uno en 12 países e hizo que su debut, Middle of Nowhere, vendiera 10 millones de copias (cuatro de ellas solo en Estados Unidos). ¿Qué otros críos podían presumir de algo así o una triple nominación a los Grammy? La respuesta es ninguno.

Qué fue de ellos y dónde están ahora. A las puertas de las Navidades de 1997 estiraron el chicle con un álbum de villancicos. De aquello salieron mínimamente airosos, aunque tres años después apenas vendieron un millón de This Time Around, su segundo LP propiamente dicho. Ante ese varapalo comercial, Universal los arrinconó y no tuvieron otra alternativa que crear su propio sello independiente, 3CG Records. Desde entonces han sacado siete discos más (cabe destacar aquel String Theory de 2018 junto a la Orquesta Sinfónica de Praga) y fundaron una pequeña empresa de cervezas artesanales. En 2021, aparte de lanzar Against the World, concursaron en la edición estadounidense de Mask Singer. Cualquier cosa antes que caer en el olvido.

High, o la única vez que Lighthouse Family llegaron alto de verdad

Historia de su éxito. El vocalista Tunde Baiyewu y el teclista y compositor Paul Tucker se desvirgaron a lo grande en 1995 con Ocean Drive, despachando en el Reino Unido 1,8 millones de ejemplares de su álbum debut. En ese tiempo se antojaba una misión imposible que estos inofensivos vástagos de Sade pudieran exportar fuera de las islas británicas el éxito de Lifted, su tema más popular hasta la fecha. Pero con High, aquella sensiblera pieza tan socorrida en los banquetes de boda que formó parte de Postcards from Heaven, alcanzaron el número uno en Australia y se colaron en el top 10 de 12 países europeos. Eso sí, en el mercado musical más duro e importante del mundo (o sea, Estados Unidos) nunca calaron hondo.

Qué pasó con ellos y dónde están ahora. En 2001, aunque nadie lo recuerde, publicaron Whatever Gets You Through the Day. Ante la fría recepción de sus nuevas composiciones, dos años más tarde decidieron tomar caminos separados: mientras que Baiyewu lanzó un par de álbumes en solitario, Tucker cofundó junto a Jason Pierce, el guitarrista de Spiritualized, la banda The Orange Lights. En 2011 volvieron a reunirse para una breve gira y en 2019 pusieron a la venta Blue Sky in Your Head. Como era de esperar, 18 años después del último, su cuarto trabajo pasó inadvertido.

Eagle-Eye Cherry fotografiado en Amsterdam en 1998, todavía resacoso de su gran éxito.Paul Bergen (Redferns)

Save Tonight, cuando Eagle-Eye Cherry dominó el mundo durante una noche

Historia de su éxito. El hijo del trompetista de jazz Don Cherry, así como hermanastro de la artista Neneh Cherry, hizo bien en aparcar sus aspiraciones de ser actor en Nueva York. Una vez su padre falleció (en Málaga, por cierto), en 1995 volvió a la ciudad que le vio nacer, Estocolmo, y ambicionó construir una carrera dentro de ese pop-rock alternativo tan en boga entonces. No le fue nada mal: Save Tonight, su primera canción, alcanzó el segundo puesto en Suecia y el quinto en Estados Unidos. Incluso, estuvo nominado a un Grammy.

Qué pasó con él y dónde está ahora. Después de vender cuatro millones de copias de Desireless, su puesta de largo, ni por asomo acarició esa cifra con sus sucesores de 2000 (producido en parte por Rick Rubin) y 2003. Eso sí, lejos de frustrarse, aprovechó ese perfil mediático más discreto para desaparecer del mapa hasta 2012. “Llegó un punto en el que era demasiado, no decía que no a nada y estuve prácticamente tres años sin descansar ni un día. Tres discos después ya dejó de ser divertido y empezó a ser raro. Había idiotas en discográficas que querían que hiciera esto o aquello y todos los que me rodeaban insistían y yo solo quería ir a casa a dormir. Sí, tomé un descanso. Cuando llegué a casa con mi novia de entonces mi armario estaba vacío porque nunca paraba ahí. Mis amigos ni me llamaban porque sabían que no estaba. El descanso fue más largo de lo que imaginé porque cuando el anonimato me acogió empecé a agradecer que la gente no se me acercara. Entendí que esa parte de la música no era mi rollo. Ojalá sólo pudiera dar conciertos y nada más”, confesó en El Mundo con motivo de su última gira española en 2018. De cara a 2022 tiene previsto lanzar un nuevo LP, del que ya puede escucharse Done, Done, Done.

Bitter Sweet Symphony, el éxito que sonó tan amargo para The Verve

Historia de su éxito. Richard Ashcroft y sus escuderos estuvieron a punto de convertirse en los nuevos héroes del britpop. Si bien sus dos primeros álbumes de 1993 y 1995 no fueron gran cosa, su suerte cambió en 1997 con Urban Hymns. Su buque insignia, Bitter Sweet Symphony, fue elegido mejor single del año por las revistas Rolling Stone y NME. Aunque aquello marcó el principio de su óbito musical. Antes de su publicación, el quinteto de Wigan había pedido permiso a los Rolling Stones para samplear una breve secuencia de cuerdas en staccato de la versión sinfónica de The Last Time, registrada en 1965 por The Andrew Oldham Orchestra (el proyecto instrumental de Andrew Loog Oldham, quien fuera el primigenio mánager y productor de la banda). Inicialmente, Mick Jagger y compañía accedieron a que The Verve usaran un fragmento de cinco notas a cambio del 50% de los royalties. Pero una vez la canción se apoderó de las radios, Allen Klein, el ya fallecido mánager de los Stones que relevó a Oldham, anuló el acuerdo alegando que se había usado un fragmento más largo y denunció por plagio a Ashcroft.

Qué pasó con ellos y dónde están ahora. El líder de The Verve se vio obligado a entregar los derechos tanto a Jagger como a Keith Richards. Y, entre bambalinas, la situación no era mucho mejor: tal era el mal rollo que había (y hay) entre Ashcroft y el guitarrista Nick McCabe, que el grupo anunció su separación en abril de 1999. En 2008 hubo un amago de reconciliación con la publicación de Forth, pero la alegría duró poco porque al año siguiente rompieron otra vez. Ashcroft, quien ha construido una sólida base de fans a través de seis discos en solitario, en mayo de 2019 anunció en los premios Ivor Novello algo inesperado: “Desde el mes pasado, Mick Jagger y Keith Richards han cedido todos sus derechos de publicación de Bitter Sweet Symphony, lo que ha sido una acción verdaderamente amable y magnánima por su parte”. Tiempo después de no percibir ni un triste céntimo por su canción estrella, al fin puede vivir de las rentas.

El grupo danés Aqua en los premios Billboard en 1997.Michael Ochs Archives (Getty Images)

Barbie Girl: todos bailamos, excepto Mattel

Historia de su éxito. Que Suecia es la superpotencia del pop lo saben en todas partes, pero en el verano de 1997 estos daneses ganaron la batalla con un pegajoso artefacto kitsch que revolucionó las listas de ventas. Barbie Girl, más que una canción, fue un fenómeno en sí mismo. Un cuarto de siglo después todavía hay quienes cuestionan su letra infantil o la paródica interpretación vocal de Lene Nystrøm y René Dif. Pero lo que pocos advirtieron es que este himno eurodance, en realidad, era un dardo satírico contra la sociedad de consumo y los estereotipos de género que Mattel forjó durante décadas con su producto estrella. La broma llegó al número siete del Billboard Hot 100, la lista de singles estadounidenses, todo un hito para un género tan añejo en aquellas tierras como el europop, y alentó a que 14 millones de personas se hicieran con una copia de Aquarium, su álbum debut.

Qué pasó con ellos y dónde están ahora. A finales del año 2000 Mattel demandó a su sello americano, MCA Records, porque consideró que el sencillo sexualizaba y difamaba la reputación de la inanimada muñeca. Sorprendentemente, el juez Alex Kozinski falló a favor de los daneses. “Con Barbie, Mattel creó no solo un juguete, sino un icono cultural. La fama suele conllevar una atención no deseada. Se aconseja a las partes que se calmen”, dejó por escrito en la sentencia que se hizo pública en 2002. Ya entonces, Aqua llevaban un año separados. Lene, quien durante dieciséis años estuvo casada y tuvo dos hijos con su compañero de banda, el teclista Søren Rasted, intentó fallidamente abrirse camino en solitario. René, por su parte, fundó una compañía de snacks y salsas llamada Diffood y dirige un popular food truck en Copenhague. En 2011 hubo un tercer disco llamado Megalomania y siguen en activo como trío (el guitarrista Claus Norreen colgó el hábito en 2016), pero a estas alturas son, más bien, carne de los festivales de nostalgia noventera.

Tubthumping: puede usted robar este disco si quiere

Historia de su éxito. De vivir en una casa okupa de Leeds con lo justo a fichar por EMI y alcanzar el número dos en el Reino Unido y el seis en Estados Unidos. Quienes seguían a Chumbawamba desde su formación, a principios de los ochenta, tacharon a los británicos de vendidos tan pronto la pegadiza Tubthumping se apoderó de las emisoras de radio. Sobre todo, porque se las daban de anarquistas. Ahora bien, el éxito de aquel tema que abría su octavo álbum, Tubthumper, no mermó ni un ápice sus subversivos principios. Más bien al revés. Prueba de ello se demostró cuando una de sus integrantes, Alice Nutter, acudió al programa estadounidense Politically Incorrect de Bill Maher y dijo que no le importaba que la gente robara sus discos, lo que llevó a la cadena Virgin Megastore a esconder las existencias de dicho CD detrás del mostrador.

Qué pasó con ellos y dónde están ahora. Antes de convertirse en un chiste aún mayor a ojos de sus primigenios fans, optaron por autoboicotearse. En 1998 rechazaron un tentador cheque de 1,5 millones de dólares que Nike les puso sobre la mesa para utilizar Tubthumping en un anuncio del Mundial de Fútbol de Francia. De todos modos, no pudieron evitar que el sencillo sonara entre partido y partido durante toda la competición (fue la Seven Nation Army de la época para los hooligans). En 2012, después de sacar otros seis discos que pasaron desapercibidos en las listas, se separaron.

Brooks posing en un retrato publicitario, guitarra en mano, en 1997.gie Knaeps (Getty Images)

Bitch, o Meredith Brooks como reina del mundo durante cuatro minutos y 12 segundos

Historia de su éxito. En 1986, antes de formar parte de la banda femenina The Graces, la estadounidense probó suerte con un disco homónimo al que no se prestó ninguna atención. No sería hasta 11 años después que Capitol Records, queriendo emular el buen rendimiento comercial de mujeres rockeras propensas a los ganchos instantáneos como Alanis Morissette o Sheryl Crow, apostó firmemente por ella. Bitch, el primer single que se extrajo del largo Blurring the Edges, la encumbró a los altares del pop feminista. Llegó al segundo puesto en la lista de ventas estadounidense y al sexto en la británica.

Qué pasó con ella y dónde está ahora. Todo hacía pensar que se iba a comer el mundo, pero ocurrió justo lo contrario. En 1998, ejerciendo de telonera para The Rolling Stones, los fans de la banda la recibieron en Buenos Aires con una lluvia de encendedores, monedas y botellas de agua. Apenas pudo tocar dos canciones por culpa de unos cuantos energúmenos. Tras aquella traumática experiencia, entre 1999 y 2007 publicó tres discos ninguneados por el público y la crítica. Después ha producido a otras artistas (como la actriz Jennifer Love Hewitt), cedido partes de su éxito como sampler para éxitos en el nuevo siglo (figura como compositora en el éxito I’m a mess de Bebe Rexha) y sigue dando conciertos, para los más nostálgicos, en locales de pequeño aforo.

Torn, demasiado éxito y demasiado pronto para Natalie Imbruglia

Historia de su éxito. Al igual que Kylie Minogue, esta australiana de rostro angelical aprovechó su paso por la serie Vecinos para dar el salto en la música. Se presentó en sociedad con Torn, una pieza originalmente compuesta en 1993 por la banda de rock estadounidense Ednaswap y grabada por primera vez ese mismo año por la danesa Lis Sørensen bajo el título de Brændt. Le salió redonda la jugada: su versión se coronó como número uno en Bélgica, Suecia, Dinamarca, España y Canadá. Por si fuera poco, sigue siendo la canción más radiada desde 1990 en Australia y el tema de los noventa que suena con mayor regularidad en la radiofórmula británica.

Qué pasó con ella y dónde está ahora. Imbruglia vendió siete millones de copias de su LP de debut, Left of the Middle, una cifra muy por encima del millón que despachó cuatro años más tarde con White Lilies Island. A cualquiera le hubiese dolido un batacazo comercial como ese, pero en cierta manera fue un alivio para ella porque no se sentía preparada para gestionar la meteórica fama que le trajo aquel sencillo. Shiver tuvo éxito en 2005 en Gran Bretaña, pero no se replicó en el resto del mundo. Sobre su enorme éxito inicial, la cantante confesó en las páginas de The Irish Times: “Claro que me afectó. Después del primer álbum me mudé a Windsor, a una vieja casa, y estuve hibernando. Me volví un poco agorafóbica. Había mucha presión”. Su sexto y por ahora último álbum de estudio, Firebird, fue grabado durante la pandemia e incluye temas coescritos junto a KT Tunstall, Albert Hammond Jr. de The Strokes o Romeo Stodart de The Magic Numbers. Tiene buen gusto para escoger a sus colaboradores.

Come into My Life: te sabes de memoria esta canción de Gala aunque no lo recuerdes

Historia de su éxito. Nacida en Milán, a los 16 Italia se le quedó pequeña y se mudó a Nueva York con el objetivo de conquistar el mundo. Y lo hizo por un rato. En 1996 nos puso a todos a bailar con su clásico Freed from Desire y, apenas un año después, Come into My Life la catapultó como la gran reina del eurodance. La canción fue número uno en España e Italia, y también se posicionó en el top 10 en Grecia, Francia y Bélgica. De haber participado en el Festival de Eurovisión, hubiese ganado por goleada.

Qué pasó con ella y dónde está ahora. Tras vender seis millones del álbum del mismo título, Gala pasó una época de perfil bajo hasta 2009, cuando editó un trabajo mucho más pop titulado Tough Love. ¿Qué ocurrió? La respuesta la dio ella misma en 2020 en una entrevista para un medio musical brasileño: “Fue una época muy difícil. Llegué a conocer a personas malvadas que me mentían, que eran codiciosas y me utilizaban. Yo era un alma muy pura. No crecí en una familia que estuviera familiarizada con el negocio de la música y en ese momento no había manera de informarse por Internet. Así que estaba sola en mi habitación, con gente que me decía lo que le convenía y yo les creía. No tenía una familia que siguiera mi carrera, ni un representante ni un abogado en el que pudiera confiar realmente. Todo el mundo se ocupaba de sus propios intereses. Era muy joven e inexperta”. En esa misma entrevista aseguró que tiene un buen puñado de canciones guardadas en la recámara, por lo que a nadie debería extrañar que más pronto que tarde nos las deje escuchar.

El grupo británico de r&b Eternal en 1997.Tim Roney (Getty Images)

I wanna be the only one, y efectivamente fue el único

Historia de su éxito. Ante el imparable triunfo de la banda En Vogue en Estados Unidos, el agente musical Denis Ingoldsby pensó que el Reino Unido necesitaba su propia banda femenina de R&B. Así nacieron Eternal en 1992, cuya formación original estaba compuesta por las hermanas Easther y Vernie Bennett, Kéllé Bryan y Louise Nurding. Primero como cuarteto, y después como trío (Nurding abandonó a sus compañeras justo antes de grabar el segundo disco), firmaron alguna que otra canción memorable durante sus primeros años de existencia. Sin embargo, el verdadero pelotazo lo dieron en 1997 con su tercer largo, Before the Rain, y especialmente I Wanna Be the Only One, un sencillo con la cantante de góspel BeBe Winans que las llevó a conseguir su único número uno en las listas británicas y fue top 10 en otros 15 países.

Qué pasó con ellas y dónde están ahora. Inexplicablemente, no se extrajeron más singles de aquel álbum. De hecho, apenas ocho meses después, lo siguiente que hubo fue un recopilatorio con todos sus éxitos. Cualquiera mínimamente avispado pudo advertir que algo iba mal. Las sospechas no tardaron en confirmarse: en 1998 las hermanas Bennett enviaron un fax a Bryan para echarla del grupo. Ya como dúo, publicaron un último disco en noviembre de 1999 que apenas vendió. Tocadas y hundidas, poco después Eternal pasaron a mejor vida y alguna de sus cantantes disfrutó de un moderado éxito en solitario, como Louise. La última vez que se las vio juntas fue en un concierto que ofrecieron en 2014 sin Nurding.

Samba de Janeiro: la ONU convertida en algoritmo para la radiofórmula

Historia de su éxito. Los productores alemanes Ramon Zenker y Gottfried Engels fueron los artífices de esta banda mixta prefabricada que aglutinaba más nacionalidades que la Asamblea General de la ONU. Cantar cantaban poco (en el fondo eran bailarines), pero eso no quita que durante el verano de 1997 nos hicieran mover las caderas con esta pieza eurodance que se apropió del estribillo de Tombo in 7/4, una canción firmada por el brasileño Airto Moreira en 1972. Pese a su espíritu carnavalero, Samba de Janeiro fue menospreciada en Brasil. Por el contrario, en Europa fue top 10 en 12 países y ganó el premio a mejor single dance en la séptima edición de los Echo Awards.

Qué ha sido de ellos y dónde están ahora. Su siguiente intentona, Carnaval, fracasó estrepitosamente. En adelante, hasta una docena de integrantes pasaron por Bellini. La única superviviente del quinteto original es Dandara Santos-Silva, quien después de dejarlo en 1998 volvió a sumarse a la franquicia dos décadas después. Ahora, como trío, solo aparecen de tanto en cuanto en algún programa de la televisión alemana o amenizan cruceros.

El cantante Nek en un programa de televisión en italia en 1996.United Archives / kpa (United Archives via Getty Images)

Laura no está: en realidad estaba en todas partes, Nek

Historia de su éxito. Filippo Neviani, más conocido como Nek, supo beneficiarse mejor que nadie de su paso por el Festival de San Remo en 1997, donde quedó séptimo con Laura non c’è. Astutamente, se encerró en un estudio para grabar su primer largo en la lengua de Cervantes y, en tiempo récord, los países de habla hispana cayeron rendidos a sus pies: gracias a la versión en castellano de aquel tema consiguió vender dos millones de copias en el mundo. No, por mucho que se especulara acerca de quién era esa misteriosa mujer, la canción no iba dedicada a su compatriota Laura Pausini, que nunca formará parte de una lista de artistas de un solo éxito.

Qué ha sido de él y dónde está ahora. Puede que jamás haya repetido un éxito tan sonado por estos lares, pero en Italia es de las pocos que cuelga el cartel de no hay entradas allá donde actúa. Desde entonces ha editado tres recopilatorios y continúa lanzando discos sin descanso. El último fue Il mio gioco preferito, un trabajo dividido en dos partes que aún está pendiente de publicarse en español. Hay Nek para rato, aunque fuera de sus fronteras solo mantenga a Laura en el recuerdo.

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